por Andreina Figuera |
A inicios de este 2025, escribí una lista muy personal de lo que quería soltar y lo que deseaba invitar a mi vida. Entre esas decisiones conscientes, una destacaba con fuerza: ver más biografías para inspirarme a través de historias reales.
Me comprometí conmigo misma a sumergirme en biografías no para entretenerme, sino para conectar. Quise recordar que detrás de cada éxito hay un proceso emocional, un reto social, un momento de quiebre… y una decisión valiente.
Lo que no sabía es que este pequeño acto se convertiría en una práctica espiritual, una sacudida interna y una reafirmación de todo lo que deseo construir: el crecimiento económico de la mujer, el liderazgo femenino y el éxito emocional como camino de transformación.
Hoy quiero compartirte las 11 historias que han marcado mi 2025 (hasta ahora). Mujeres que me recordaron que no estamos solas, que el éxito no es lineal y que ser fiel a tu ser es el mayor acto de poder. Te comparto mi ranking de menos a más poderosas (desde mi percepción):
11. Women of Impact: Changing the World.
Este documental de National Geographic disponible en Disney+ reúne a mujeres extraordinarias que están redefiniendo el liderazgo en ciencia, tecnología, conservación y exploración. Ver este documental fue como mirar un espejo múltiple de posibilidades. No se trata solo de celebrarlas a ellas, sino de recordarnos que el impacto femenino no es una meta lejana: es una decisión diaria. Me hizo pensar en cómo muchas veces creemos que para cambiar el mundo hay que tener grandes títulos o recursos… cuando en realidad lo que se necesita es visión, compromiso y acción sostenida. Me marcó la frase: “No puedes ser lo que no puedes ver. Por eso necesitamos mostrarnos. Hacer ruido. Contar nuestras historias.”
10. Diana Nyad.
Nadadora de resistencia que, a los 64 años, cruzó nadando de Cuba a Florida sin protección contra tiburones. Lo intentó cinco veces antes de lograrlo. Su historia está retratada en la película "NYAD" (Netflix) protagonizada por Annette Bening y Jodie Foster, y también tiene una TED Talk poderosa llamada "Never ever give up" . Diana me enseñó que la edad no determina lo posible, sino el deseo que llevas en el alma. Mientras veía su historia, me sorprendí cuestionándome: ¿por qué tanto esfuerzo a esa edad? Y luego me respondí: ¿quién soy yo para juzgar el sueño de alguien más? Su viaje me confrontó con esa pregunta que muchas evitamos: ¿Qué sueño dejé enterrado que aún late dentro de mí? No fue solo su hazaña física lo que me impactó. Fue su resistencia emocional, su forma de decir “todavía no he terminado”.
9. Viola Davis
Actriz y productora, primera mujer afroamericana en ganar un Oscar, un Emmy y un Tony. Su autobiografía "Finding Me" es un viaje brutal y transformador por su infancia marcada por la pobreza, el racismo y el abuso. Ver su historia me maró. Me vi reflejada en su hambre de significado más allá del reconocimiento. Me marcó profundamente cuando dijo: “No puedes tener una voz si no sabes quién eres. Y no puedes saber quién eres si no enfrentas la verdad de tu historia.” Me recordó que nuestra historia es lo único que verdaderamente nos pertenece. Su historia me enseñó que el liderazgo más poderoso nace de la sombra. Y verla hablar con Oprah en esta conversación íntima fue como recibir una clase de poder emocional.
8. Melody Gardot
Melody Gardot. Cantante y compositora que, tras un accidente casi mortal, usó la música como herramienta de sanación. Aprendió a cantar mientras reaprendía a caminar. Su historia está disponible en múltiples entrevistas (como esta)y su música en Spotify . Melody no tiene una historia de éxito tradicional. Es una historia de resurrección. De cómo el cuerpo puede romperse, pero el alma se reconstruye con arte, silencio y verdad. Me recordó que la creatividad no nace del éxito, sino de la supervivencia emocional. Que el arte puede ser medicina, camino, consuelo y revolución. Ella no fue a buscar fama: fue a buscar sentido. Y eso me inspiró un montón.
7. Naomi Osaka
Tenista japonesa-haitiana que desafió los estándares del deporte con una sola decisión: decir “no”. Se retiró de torneos y conferencias por cuidar su salud mental. Su documental en Netflix muestra todo este proceso con una honestidad brutal. Al ver su historia, me costó no sentir tristeza. Admiraba su carrera, su disciplina, su entrega… y sin embargo, verla tan vacía en medio de tantos triunfos me movió profundamente.. Naomi me hizo cuestionar esa creencia tóxica de que para ser fuerte tienes que aguantarlo todo. Me enseñó que a veces poner un límite es el acto más radical de amor propio. Que puedes ser poderosa sin ser ruidosa. Que puedes cambiar la narrativa sin dejar de ser tú.
6. Sheryl Sandberg
Economista, ex COO de Facebook, autora de “Lean In” , y una de las mujeres más influyentes del mundo tech. Su TED Talk “Why we have too few women leaders” es referencia obligada en liderazgo femenino. Lo que más me impactó de ella fue una frase: “No te retires antes de irte.” Porque cuántas veces nos salimos del juego antes de tiempo por miedo, por anticipación, por creer que no podremos. Me recordó que liderar también es ocupar tu lugar con conciencia, presencia y sin pedir permiso.
5. Simon Biles
Gimnasta estadounidense, la mejor de todos los tiempos. Rompió récords y también el silencio sobre salud mental en pleno escenario olímpico. En Tokio 2021 decidió no competir y priorizar su bienestar. Su documental en Netflix muestra la presión que llevaba sobre sus hombros. Verla detenerse fue más poderoso que cualquier salto. Fue un grito de amor propio. Me marcó su capacidad de escucharse, incluso después de haber trabajado años por una meta. Me recordó que el compromiso más importante es con nosotras mismas.
4. Greta Thunberg
Activista climática sueca que, con apenas 15 años, inició un movimiento global por la justicia ambiental. Su historia está plasmada en el documental “Live to lead" Greta me incomoda… y eso lo agradezco. No vino a endulzar verdades ni a pedir permiso. Su liderazgo es directo, urgente, y profundamente necesario. Me recordó que el liderazgo no siempre se siente bonito. A veces es incómodo. A veces te confronta. Pero es real. Me hizo preguntarme: ¿Qué tanto me estoy atreviendo a defender lo que importa?
3. Jacinda Ardern
Ex Primera Ministra de Nueva Zelanda, reconocida por su liderazgo empático, humano y decidido. Su gestión durante la pandemia y tras el atentado de Christchurch fue ejemplo mundial. Ver a Jacinda liderar me hizo cuestionar todo lo que alguna vez creí sobre el poder. Ella no imponía… simplemente era. Su liderazgo me enseñó que puedes ser efectiva sin perder la ternura. Que la empatía no te hace débil. Y su renuncia, hecha desde la conciencia, fue tan poderosa como su mandato. Ademas su autenticidad radical, inspira. Me recordó que también es liderazgo saber soltar a tiempo. Puedes verla en la entrevista de "Live to lead".
2. Gertrude Ederle
Nadadora estadounidense, primera mujer en cruzar el Canal de la Mancha en 1926. Su historia es contada en la película “Young Woman and the Sea” . Me hizo pensar en todas esas veces que yo misma he creído que algo no es “para mujeres”. Su frase “El agua no sabe si eres hombre o mujer” se me quedó grabada. Fue una declaración de rebeldía, de resistencia ante lo que la sociedad esperaba de ella. Su victoria no fue solo romper un récord: fue romper una creencia.
1. Ruth Bader Ginsburg.
Primera jueza judía en la Corte Suprema de EE.UU., ícono de la lucha por la equidad de género. Su historia está documentada en el documental “RBG” y en “Live to Lead”. Esta es, sin duda, mi favorita de todos los tiempos. Me quedo con su frase: “Las mujeres deben estar en todos los lugares donde se toman decisiones.” Ruth me recordó que no se trata de imponerse, sino de integrarse con firmeza y sabiduría. Que el verdadero poder está en la constancia, en la ética y en la visión a largo plazo. Cuando me siento pequeña frente a estructuras grandes, pienso en ella. Y recuerdo que si ella pudo cambiar leyes y culturas con argumentos… yo puedo transformar desde mi voz.
Después de ver estas 11 historias, puedo decir con certeza que ver biografías no es un acto de ocio… es un acto de reconexión.
Cada mujer, cada escena, cada decisión me confrontó con mis propias ganas, con mis límites, con mi deseo de más… pero también con mi derecho a hacer las cosas a mi manera.
No fue solo inspiración. Fue confirmación. De que el éxito no tiene una sola cara. De que la fuerza no siempre es dura. De que el liderazgo real se construye con alma, con sombra, con cuerpo y con verdad.
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Andreína