por Andreina Figuera |
Hay momentos en los que crecer no se trata de hacer más, sino de ser más.
Más consciente. Más valiente. Más estratégica.
Durante uno de los lanzamientos más retadores de mi carrera entendí algo que cambió por completo mi forma de emprender:
“Un negocio no crece cuando haces más, sino cuando te conviertes en la persona capaz de sostenerlo.”
Después de más de cuatro años operando de la misma manera, supe que si quería expandirme, tenía que hacerlo diferente. Y no solo con nuevas estrategias, sino desde una nueva versión de mí misma.
El inicio: parar para avanzar
Antes de activar campañas, revisar presupuestos o planificar anuncios, hice algo poco común: me fui a un retiro de silencio.
Entre árboles, cuadernos y quietud, volví a escuchar mi intuición.
No solo mis ideas, sino también mis miedos.
Y ahí entendí algo importantísimo:
Un lanzamiento no empieza cuando enciendes los anuncios.
Empieza cuando decides en quién te vas a convertir para sostener lo que quieres construir.
Este retiro fue el punto de partida para reorganizar mi energía, mis tiempos y mi visión. Ya no era la mujer que comenzó su negocio años atrás, recién convertida en mamá. Hoy, con dos hijos y una nueva etapa de vida, necesitaba tomar decisiones más conscientes, valientes y alineadas con la líder que estaba llamada a ser.
Las decisiones que cambiaron el rumbo:
Contratar una directora de marketing digital.
Por años hice absolutamente todo. Soltar el control daba miedo —porque, ¿y si nadie lo hacía como yo?—, pero entendí que era el paso necesario para liberar mi agenda y abrir espacio para escalar.
Delegar las ventas.
Este fue el mayor desafío. Era mi área favorita, mi conexión directa con las clientas, mi fuente de estudio de mercado. Pero si quería crecer, tenía que confiar. Y lo hice.
El resultado superó todas mis expectativas:
💥 Lo que antes me tomaba dos meses, esta vez lo logramos en solo 10 días.
💥 Más del 50 % de los cupos se vendieron antes del webinar en vivo.
Y más allá de los números, lo que realmente validé fue mi liderazgo. Validé a mi equipo, a mis procesos y a la mujer que me estaba convirtiendo en el camino.
Este lanzamiento no se trataba solo de dinero o resultados externos.
Era una prueba de confianza, estructura y expansión.
Era validar un nuevo modelo de negocio más sostenible y humano.
Un modelo que no dependiera únicamente de mi energía, sino de un sistema y de un equipo capaz de sostener la visión.
“Ningún resultado se sostiene sin una base sólida.”
Los 4 ingredientes de una expansión real:
Valentía.
Crecer duele, pero quedarse igual duele más. Dar pasos incómodos es parte del proceso.
Inversión.
Cada nuevo nivel exige nuevas apuestas: en ti, en tu equipo, en tus procesos.
Procesos.
Sin estructura, todo depende de tu energía… y eso no es sostenible. Si quieres delegar, necesitas claridad.
Liderazgo y autocuidado.
Liderar un negocio implica liderarte a ti misma.
Cuidarte no es opcional; es una estrategia. El éxito no es llegar agotada, sino tener la energía para disfrutar el camino.
Cada nueva etapa de tu negocio te pedirá una versión diferente de ti.
No se trata de correr más rápido ni de hacerlo todo sola. Se trata de liderar con conciencia, tomar decisiones valientes y construir desde el compromiso, no solo desde el deseo.
Así que hoy quiero dejarte con una pregunta poderosa:
¿En quién necesitas convertirte para sostener tu siguiente nivel?
Mira el episodio completo ahora:
Porque crecer no se trata solo de hacer más…
Se trata de convertirte en la mujer que puede sostener todo lo que sueñas.